domingo, 3 de julio de 2011






Voy a explotar,


cuando el aire andino roce mi cara,


cuando el frío de la sierra erice mi vello,


cuando al pacífico moje mis pies descalzos,


cuando vuestros ojos se claven en los míos,


o cuando el sol caiga a las seis.





Voy a explotar,


de hecho, exploto,


cuando veo los colores de esas faldas,


cuando subo escalones tan lejos de donde nací,


cuando empiezo a ver luces tan claras,


cuando camino por donde intuí que caminaría,


O cuando, simplemente, siento tanto, tanto, tanto…






Voy a explotar,


explotar, sin que nadie se de cuenta,


explotar pensando en allá,


explotar pensando en acá,


explotar sintiendo allá más cerca,


explotar sintiendo acá más dentro.


Explotar, explotar, explotar,


hasta inundar las calles,


hasta ahogar los coches,


hasta matar a la guerra,


hasta doblegar las leyes infames,


hasta proclamar el abrazo como saludo,


hasta provocar una mayor explosión.





Voy a explotar,


Que ¿de qué voy a explotar?


De amor, por supuesto, de amor.