miércoles, 23 de febrero de 2011

Extremada sensibilidad


Extremada sensibilidad que te adhieres a la piel

dejando perenne el vello de punta.

Y a mí me vuelves extrema, también,

me haces reír y llorar con sólo un parpadeo,

me exaltas y me degradas a tu antojo

y sin ser aditiva,

te intuyo narcótica.


Excesiva sensibilidad,

te odio y te amo,

provocas en mí todo tipo de demencias,

y me tornas suave y áspera,

excitada y serena.

atenta y callada.


Pero, cómo no ser extremada,

cómo permanecer inmune ante los cambios,

ante los pasos, los saltos.

Cómo permanecer inmune antes las palabras,

ante las verdades insólitas escritas y leídas por pocos.

Cómo no convertirme en extrema,

y no ser cautivada por la excesiva y extremada.


Paloma ha dado con la clave de la vida

y nos la da, para que busquemos los siempres,

sí, los siempres, en los jamases.

Y teniendo la clave,

cómo no va a aparecer la sensibilidad extremada

dejando perenne el vello de punta.





domingo, 13 de febrero de 2011



Sin ser yo me levanto, me canso, me acuesto.

Sin ser yo me exalto, me excito, me vivifico.

Sin ser yo me caigo, me suelto, me escurro.

Sin ser yo, sonrío.

Sin ser yo, lloro.

Siendo yo, rectifico y advierto que sí, siempre soy yo.


Sí, sigo siendo yo,

un cambiante estado físico y anímico,

un ir y venir de recuerdos, presentes y futuros incesantes,

un sin fin de ideas realzadas y degradadas,

una locura perpetua de letras leídas, escritas, sentidas…

una enajenación de sentimientos que florecen y languidecen,

una demencia común a la tuya, y a la de él, y a la de ella.


Y sigo siendo yo, no puedo ser otra,

aunque a veces no lo crea o lo no quiera,

pero hoy sí lo quiero,

y voy a aprender a quererlo siempre,

porque este delirio cada vez me gusta más,

porque este arranque de perturbación lo tenemos todos,

porque esta inconsciencia de contradicciones la tenemos todos,

porque esta persistencia de singularidades versátiles la tenemos todos,

y es la ventaja que nos une

y la ventaja que nos diferencia.



lunes, 7 de febrero de 2011


Creemos saberlo todo, hasta la eternidad,

creemos y necesitamos tenerlo todo, hasta la infinidad,

creemos serlo todo, hasta el centro del universo.

En cambio,

no sabemos nada, ni un ápice,

no tenemos nada, ni un pellizco,

no somos nada, ni un gramo.

Pero menos mal…

menos mal que tenemos la capacidad de reflexionar, de pensar, de analizar…

y si la usamos nos damos cuenta de que

no sabemos nada, ni siquiera de nosotros mismos,

no tenemos nada, aunque no necesitamos nada,

no somos nada, pero podemos hacerlo todo.

Creemos tener libertad de elección y de acción,

creemos haber decidido cómo vivir y dónde vivir,

creemos pensar que nos gusta lo que hacemos,

que no hay otras opciones posibles de existencia,

que no hay otra mejor vida que ésta,

que no hay mejor cosa que la felicidad encubierta.

En cambio,

no hemos decidido por nosotros mismos desde el momento de nuestro nacimiento,

no hemos decidido cómo vivir y dónde vivir, aunque creáis que sí,

no sabemos ni siquiera lo que hacemos, entonces ¿cómo vamos a saber si nos gusta lo que hacemos?

no nos muestran otra vida mejor que ésta,

no se nos permite una vida que no sea ésta.

Pero, menos mal…

menos mal que tenemos la capacidad de reflexionar, de pensar, de analizar…

y si la usamos nos damos cuenta de que

realmente no estamos decidiendo por nosotros mismos,

todas nuestras elecciones están adiestradas,

todas nuestras acciones guiadas,

todas nuestras palabras vedadas…

Y así, nos damos cuenta de que

sí, sí hay otras opciones posibles de existencia,

otra mejor vida que ésta,

una felicidad abierta,

más limpia, más pacífica, más sincera, más instintiva.


Y aquí aparece la ventaja:

Es el momento sublime del hombre y de expandir, de verdad, su CREATIVIDAD y su IMAGINACIÓN, expandirla hasta el infinito, hasta el más allá, expandirla hasta que se quede exhausto y por fin, libre.

Es el momento sublime de exaltar esta capacidad del hombre y esta ventaja, porque siento que nunca el ser humano se vio en tal difícil situación de tener que crear una vida digna, sana, autónoma y libre; dentro de un mundo mezquino, enfermo, supeditado y oprimido.

Nunca se vio en tal compleja tarea de tener que imaginar una alternativa sostenible y autosuficiente dentro de un sistema ilógico e injusto.

Nunca se vio en tal laborioso asunto de tener que crear una obra del tal ardua envergadura; pero la ventaja es más grande que la labor: la creatividad y la imaginación le llevará al ser humano a dónde realmente quiera y con el tiempo le llevará a completar con éxito su gran objetivo, sólo tiene que quererlo con fuerza.