lunes, 7 de febrero de 2011


Creemos saberlo todo, hasta la eternidad,

creemos y necesitamos tenerlo todo, hasta la infinidad,

creemos serlo todo, hasta el centro del universo.

En cambio,

no sabemos nada, ni un ápice,

no tenemos nada, ni un pellizco,

no somos nada, ni un gramo.

Pero menos mal…

menos mal que tenemos la capacidad de reflexionar, de pensar, de analizar…

y si la usamos nos damos cuenta de que

no sabemos nada, ni siquiera de nosotros mismos,

no tenemos nada, aunque no necesitamos nada,

no somos nada, pero podemos hacerlo todo.

Creemos tener libertad de elección y de acción,

creemos haber decidido cómo vivir y dónde vivir,

creemos pensar que nos gusta lo que hacemos,

que no hay otras opciones posibles de existencia,

que no hay otra mejor vida que ésta,

que no hay mejor cosa que la felicidad encubierta.

En cambio,

no hemos decidido por nosotros mismos desde el momento de nuestro nacimiento,

no hemos decidido cómo vivir y dónde vivir, aunque creáis que sí,

no sabemos ni siquiera lo que hacemos, entonces ¿cómo vamos a saber si nos gusta lo que hacemos?

no nos muestran otra vida mejor que ésta,

no se nos permite una vida que no sea ésta.

Pero, menos mal…

menos mal que tenemos la capacidad de reflexionar, de pensar, de analizar…

y si la usamos nos damos cuenta de que

realmente no estamos decidiendo por nosotros mismos,

todas nuestras elecciones están adiestradas,

todas nuestras acciones guiadas,

todas nuestras palabras vedadas…

Y así, nos damos cuenta de que

sí, sí hay otras opciones posibles de existencia,

otra mejor vida que ésta,

una felicidad abierta,

más limpia, más pacífica, más sincera, más instintiva.


Y aquí aparece la ventaja:

Es el momento sublime del hombre y de expandir, de verdad, su CREATIVIDAD y su IMAGINACIÓN, expandirla hasta el infinito, hasta el más allá, expandirla hasta que se quede exhausto y por fin, libre.

Es el momento sublime de exaltar esta capacidad del hombre y esta ventaja, porque siento que nunca el ser humano se vio en tal difícil situación de tener que crear una vida digna, sana, autónoma y libre; dentro de un mundo mezquino, enfermo, supeditado y oprimido.

Nunca se vio en tal compleja tarea de tener que imaginar una alternativa sostenible y autosuficiente dentro de un sistema ilógico e injusto.

Nunca se vio en tal laborioso asunto de tener que crear una obra del tal ardua envergadura; pero la ventaja es más grande que la labor: la creatividad y la imaginación le llevará al ser humano a dónde realmente quiera y con el tiempo le llevará a completar con éxito su gran objetivo, sólo tiene que quererlo con fuerza.


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